Transitando hacia el Futuro: Políticas inclusivas para el desarrollo de MIPYMES

Exposición titulada “Transitando hacia el Futuro: Políticas inclusivas para el desarrollo de MIPYMES”, organizada por la Secretaría de Economía. Evento que se llevo a cabo los días 8 y 9 de junio de 2023. En un mundo globalizado, las pequeñas empresas tienen la oportunidad de crecer exportando sus productos. Existen diversos foros donde estas empresas pueden participar para catapultarse a los mercados internacionales, y existen también instituciones públicas y privadas que les ayudan a través de sus propias experiencias a alcanzar este sueño de proyección y crecimiento, sin embargo ¿Qué dicen las letras chiquitas?… La exposición del Lic. Jesús Silva y Zayago nos hace reflexionar sobre la importancia de esa estructura legal de la cual debe estar revestida toda empresa que realiza contratos internacionales, haciéndonos saber que a nivel internacional el contexto jurídico difiere totalmente de lo que hemos conocido. Así, nuestro derecho totalmente formalista, nacido del derecho romano se desdibuja en el contexto internacional que se rige principalmente por el derecho sajón, en donde nuestras formulas no funcionan y lo que para nosotros puede resultar “normal”, no lo es a la luz de esa normatividad, incurriendo sin querer y sin saber en situaciones que ponen a las empresas en situaciones verdaderamente vulnerables de las cuales no se habla, por desconocimiento o por vergüenza.  Pequeños retrasos en las entregas o errores en las especificaciones pueden, -en el ámbito internacional- ser tratados como actos deliberados haciendo presumir la mala fe y que nos pueden llevar a ser juzgados ante tribunales internacionales.  Actos normalizados en el comercio domestico que no son “normales” en otros países que también han de regirse por el derecho sajón, no por que sea la voluntad de las partes, sino por que así lo establecen los tratados internacionales al amparo de los cuales realizamos nuestras operaciones de comercio internacional que, llevados ante los tribunales internacionales aún en el caso de arbitraje, pueden ser sumamente desventajosos para nuestras incipientes empresas nacionales, por que aun creemos que debemos tener un “contrato escrito” en el mejor de los casos, cuando el contrato se ha perfeccionado simplemente por realizar las operaciones ciñéndonos con ello a las reglas generales de esos contratos, mismas que desconocemos. El punto clave de la charla, es la invitación a conocer de manera previa a la celebración de operaciones internacionales, el marco legal que las rige, “conocer las reglas del juego para evitar incurrir en faltas” o dicho de otro modo… leamos las letras chiquitas…   

El origen de la globalización comercial

El comercio mundial y su reglamentación, tal y como se encuentra hoy en día, se formó desde hace mas de 800 años.  Dicha regulación se practicaba solo en los países de Europa entre ellos mismos. El comercio en los primeros siglos, con su régimen legal al estilo europeo, no se materializaba entre Europa y los demás países, ya que, lo que algunos imperios europeos realizaban era un cruel colonialismo con sus colonias y posesiones de África, Asia y de Oceanía. Con los pueblos americanos no se había tenido contacto todavía y cuando se tuvo, (1492), también se siguió el mismo patrón de explotación. Entonces, ¿cómo fue que un régimen legal tan antiguo perduro hasta nuestros días? Pero resulta mas importante ver como se expandió en los últimos 70 años a todas las regiones, con tan diferentes idiosincrasias y sistemas jurídicos. La respuesta es que Estados Unidos, que, como país, salió fortalecido de la 2a guerra mundial, acordó con Inglaterra, el último de los imperios europeos, en ambos usar su idioma común y el sistema legal anglosajón, (que ésta le heredó cuando eran sus 13 colonias en América), para mundializar el comercio y de esa manera asegurar el abasto de los recursos naturales y energéticos que requerían, introduciendo como nueva arma al dólar, para desmembrar bloques proteccionistas, forzar la apertura de todas las naciones a la inversión extranjera directa y a los préstamos “de ayuda”. Se fueron creando instituciones mundiales (ONU, F.M.I, B.M.), para “apoyar” a los países mas débiles y a los del tercer mundo y “convenciendo” a las naciones a celebrar tratados internacionales de aplicación mundial. Irónicamente, al darse cuenta de que ya era muy difícil invadir otros países; pues eso podría originar la tercera guerra mundial, para seguir saqueándolos, el único método que les quedó fue la aplicación globalizada de su sistema jurídico al comercio internacional. Y aunque los procesos globalizadores en áreas como la económica, política, tecnológica, etc. se empiezan a desmembrar, es el jurídico el que se sigue utilizando en el comercio internacional de todo el orbe.

El clima como factor del comercio internacional

Clima es el patrón de elementos meteorológicos (temperatura, humedad, viento y presión atmosférica) particulares de una región geográfica, medidos en plazos anuales, cuyos efectos determinan las características de todos los seres vivos allí existentes o que allí habitan. En el tema de dichos efectos (o consecuencias) se ha escrito mucho, especialmente por psicólogos, sociólogos y médicos. Aun cuando dichos elementos meteorológicos son muy variables, registros estadísticos permiten predecir las características climáticas de una zona geográfica determinada. De esa manera se sabe que elementos son mas favorables a la preservación, reproducción y al bienestar y por consecuencia a la felicidad de los humanos en esa zona. El clima genera variantes en las clases y cantidades de la flora y la fauna y por lo tanto de los recursos naturales, así como también en los humanos. La división del planeta en hemisferios no determina necesariamente la clase de clima de cada lugar, pero los climas mas inconvenientes para el bienestar del ser humano y de la abundancia y variedad de dichos recursos, se ubican en los países mas cercanos a la región boreal o del norte. Los pueblos de dichos países, al reconocer las ventajas y desventajas derivadas de los climas en los diferentes países no pueden menos que sentir aflicción y pena. Esas variantes se refieren a la salud, tasas de nacimiento, de muerte y expectativas de vida y de desventura o de bienestar. Esos aspectos obviamente comprenden los campos fisiológico, psicológico y cultural. Aspectos de índole sociológica incluyen el desarrollo de los sentimientos y las costumbres, así como las interacciones y la formación de clases sociales en una época determinada. Los climas escandinavos producen inconvenientes y desagrados en sus países, mismos que influyen en el perfil psicológico de sus habitantes. El clima en el invierno nórdico motiva muchos de los esfuerzos que deben desarrollar quienes lo tienen que soportar, pues restringe la vida y sus actividades en horas al día y en meses al año, horas y meses en que tienen que vivir de una manera limitada, mientras que están forzados a compensarlas con esfuerzos adicionales durante el tiempo productivo del día y del año, y ello los constriñe a la precisión, disciplina, previsión, austeridad y sacrificio, lo que los convierte en seres mas aptos para la competencia, creatividad y productividad. Aspectos que inciden son la poca luz solar durante gran parte del año y las bajas temperaturas, con la consecuente restricción de las actividades sociales y apetecibles (reuniones, paseos, viajes), la alta incidencia de la soltería, del suicidio, del cáncer, del aborto, la depresión, la soledad etc. Todo esto parece que no compensa la prosperidad, seguridad y modernidad de que disfrutan. Al comparar con la forma de vida de los habitantes de los países australes del orbe, es natural que se produzca el sentimiento de envidia, sobre todo, cuando la desventaja originada entre los dos tipos de climas y sus pueblos parece no tener una justificación meritoria, sobre todo cuando dicho sentimiento se convierte en crónico, por agotamiento mental, estrés o desaliento. Cuando los habitantes de países con un clima favorable para el bienestar, entran en una relación comercial con los de los países nórdicos, además de que automáticamente se encuentran enfrentados en una competencia, de índole comercial desventajosa, la parte nórdica, (generalmente la compradora), considera justificado, cuando menos en parte, hacer estafas o trampas, apoyada por sus leyes y sus jueces, para compensar, también aunque sea parcialmente, esa desventaja que sufre, y que le hace sentir que la parte vendedora del sur, comparativamente no tiene, las virtudes necesarias para ser la propietaria de los bienes que posee. Este fenómeno, dio pauta en muchos casos de países imperialistas, a injustos despojos y a invasiones violentas y largos y dolorosos periodos de explotación y sojuzgamiento, considerando al clima, como su excusa moral. Lo interesante es que dichos imperios (i.e. Inglaterra) utilizaron sus leyes, idioma y costumbres, (naturalmente diferentes a los de sus colonias), para “legalmente justificar” dichos fraudes y regularizar esos latrocinios, aunque actualmente el principal imperio del mundo, ya no considera necesaria, ni esa justificación.

Como sobrevivir en los negocios Internacionales

El comercio internacional es una actividad compleja por la necesaria interacción con personas de costumbres y leyes diferentes y por qué regularmente incluye el transporte de bienes a través dela atmosfera y los océanos, amén de tener que recorrer laberintos aduaneros y además ¡pagar impuestos! La postura mental que muchos empresarios adoptan al inicio es: – El contrato esta tan claro que no hay razón para anticipar algún problema.  Si surge algún conflicto que no se pueda resolver, presentaremos aquí de inmediato la demanda pues contamos con los medios apropiados para ganar y en el remoto caso de perder, tenemos los contactos necesarios para resolver la situación.    Lo anterior genera los siguientes errores: 1. Firmar un acuerdo sujeto a las leyes de la otra parte (o que no son las del propio país) sin haber hecho, antes de firmarlo, que lo revisara un experto en esa clase de contratos y; 2. Creer que haciendo todos los esfuerzos y usando todos los recursos en ese litigio extranjero, se resolverá favorablemente el problema. No se puede consultar a un abogado experto en materia civil nacional respecto de un documento jurídico en materia mercantil, sujeto a leyes internacionales. Todo contrato tiene su ley. Por principio universal, todo contrato está sujeto a cuando menos un régimen jurídico. Además, los prejuicios basados en religión, raza, país, régimen político o económico, etc. son evidentes en todos lados. Las leyes de los diversos países pueden ser muy parecidas, sin embargo, son diferentes y están diseñadas para contiendas locales, por lo que siempre será mas equitativo y adecuado que se le aplique una ley supranacional a una discrepancia entre partes de dos países. El lugar del juicio. Firmar ese contrato internacional sin haber buscado entre las letras chiquitas cual será el lugar del pleito, refleja un descuido serio ya que cualquier litigio en un país ajeno será un problema mucho mas complicado, comparado con un pleito nacional derivado de un contrato doméstico. Si en una relación, las cosas no salen como se planearon, la solución que se busca casi siempre es la separación; temporal o definitiva. Sin embargo, si hay una discrepancia entre dos comerciantes que origina un litigio, mas que allanar el asunto para terminarlo y salirse de la relación, hará que la separación se haga mucho mas lenta, complicada, traumática y costosa.   Esto porque los conflictos judiciales están sujetos a infinidad de requisitos y liturgias procesales, a plazos obligatorios (y vacacionales), a diversas impugnaciones y apelaciones y a las trampas y chicanas que se suelen hacer los litigantes, sin contar con la eterna carga excesiva de trabajo de los juzgados gratuitos locales. Una vez, obtenida la sentencia definitiva, apenas habrá que iniciarse el procedimiento (también litigioso) de su ejecución en el país del perdedor, sobre sus bienes, mismos que seguramente ya están a nombre de terceros, si es que todavía existen. El litigio (civil, familiar o mercantil) domestico está diseñado para ventilar situaciones fundamentales de naturaleza estática y trascendente, donde muchas veces, con mucha sordidez, se litiga para estancar, desesperar o perjudicar al contrincante, mas como venganza, que para resolver el problema. Es básico para sobrevivir en el comercio internacional “comerciar” todos y cada uno de los desacuerdos que se vayan presentando, concediendo puntos que son del interés de la otra parte a cambio de disculpas por fallas, sabiendo que unas veces habrá necesidad de otorgar y en otras, oportunidad de capitalizar, en forma alternada y reciproca. Los errores entre comerciantes son las fichas de canje que se deben usar como monedas para situaciones futuras.  Es esencial reducir la importancia y animosidad de las diferencias de opinión y evitar a toda costa que una desavenencia, que es negociable se convierta en un estallido que de origen a una verdadera afrenta.  Es preciso buscar el intercambio franco, fresco y de buena fe de las fichas y si eso no funciona, buscar la ayuda externa de mediadores o conciliadores profesionales, antes que romper la relación comercial. Aun cuando la violación al contrato haya sido de naturaleza esencial e irreparable, hay que evitar a como de lugar caer en la disputa judicial.  Es mil veces mejor (y mucho menos gravoso) ofrecer, (o recibir) una compensación equiparable al daño causado, que un proceso judicial de varios años. pues eso producirá todo menos un remedio al asunto, por lo que antes se deberá recurrir al único mecanismo eficaz e imparcial de solución, que es el Arbitraje Mercantil Internacional. Este, sin ser la panacea es el único que permitirá continuar con el contrato.

El comercio internacional y sus secretos más profundos: Aspectos contractuales

Los comerciantes neófitos, al firmar un contrato internacional, por ignorancia o premura, aceptan la ley y los tribunales de la otra parte como método de solución a las posibles controversias, sin saber que ese es el camino más directo a su fracaso, pues así entregan su arma y su escudo. Esto subsiste, no obstante que actualmente ya hay normas supranacionales vigentes que sí son imparciales, además de mecanismos distintos al litigio para resolver sin jueces los conflictos. Página de autor de amazon Sin embargo, aún esas leyes incluyen artificios, debido a que fueron diseñadas por los países dominantes del Comercio Internacional; contienen tretas nacidas de los diferentes regímenes jurídicos de las partes y de las distintas culturas y climas de los pueblos del norte y sur del planeta. Tales normas presentan apariencias sutiles e invisibles para los empresarios de países “subdesarrollados” que los atrapan a menudo en errores involuntarios, y que al ser juzgados bajo dichas normas sajonas y tribunales nórdicos, son declarados culpables ¡por actuar de mala fe! Además de revelarse aquí los riesgos y secretos, y brindar consejos para evitar esas fallas, se proclama al Arbitraje Mercantil Internacional como la única forma de no caer en el juego legal del comercio angloamericano, diseñado por Estados Unidos e Inglaterra con gran astucia después de la Segunda Guerra Mundial para seguirse abasteciendo de recursos naturales y energéticos, en vez de usar, como antes, la fuerza militar de los imperios.

Parámetros de la razón en los negocios internacionales

La realización de tratos y acuerdos entre personas o empresas de diferentes países presentan una mayor dificultad, en función de que dichas personas obedecen a nociones y tradiciones diferentes, cuando menos en grado mayor que el de los miembros de la misma comunidad. Esto en adición a las diferencias en las leyes y normas a que dichas personas estén sujetas cuando pertenecen a estados diferentes. En cada una de esas sociedades el concepto de razonable es por lo tanto mas o menos diferente. Sera distinto en mayor medida en tanto el medio ecológico de ambos pueblos sea mas diverso, pues sus reacciones naturales e instintivas dependerán de factores tan importantes como el clima y la geografía, ya que estos controlan las costumbres como el trabajo, el ocio y los requerimientos de esfuerzo para lograr las cosas cotidianas, producen los motivos de regocijo y de pena y en alguna medida, de sus valores de lo malo y lo bueno. Desde este punto de vista mientras mas distintos sean sus entornos, mas razones de divergencias habrá en sus convenios. Esto es tan categórico que no importa el sistema legal que se aplique a dichos tratos. A nivel humano, la esencia de la razón es el grado de afinidad mayoritario de sentimientos y pensamientos de la parte central o predominante de los miembros de un grupo. De ahí que lo excéntrico es considerado ajeno o raro y a veces ridículo o hasta reprobable. Lo que se sale del centro (la razón), se etiqueta como absurdo o descabellado y por lo tanto inaceptable. La razón en el individuo es el sentido o criterio en conjunto con el de la mayoría y se considera justo, bueno y verdadero. Esto porque la razón en algún concepto social es el centro medular o democrático y la dimensión de la razón dependerá del tema en análisis, del número de individuos en el grupo que coincidan y en qué tan similar sea a sus tradiciones. Si las condiciones ecológicas de los pueblos son francamente opuestas, la diferencia entre sus nociones de razonable en el entorno de unos será con mas fuerza diferente al concepto de los otros. Esto se agudiza si se trata de los países que están en los dos hemisferios de la tierra, ya que el nórdico tiene un desarrollo histórico mas avanzado, derivado del rigor de su temperatura y su geografía, pero desprovisto de los recursos naturales y energéticos que se ubican mayormente en el hemisferio meridional. Ambas clases de países anhelan algunas virtudes de los otros, pero al entrar en negocios comerciales, es evidente la disparidad de lo que los dos tipos consideran razonable en la conducta de su contraparte, lo que dificulta la realización equitativa del comercio moderno, independientemente del sistema legal que lo regule. Si a lo anterior se añade que las reglas del comercio entre los países nórdicos fueron forjadas hace muchos siglos y siguen en práctica entre ellos, el desbalance resulta mas que evidente si las divergencias se dirimen en sus territorios y con base en sus reglas.